Hola! Recientemente comencé a facilitar el Mastermind group sobre “vive tu sueño”. Desde hace ya un tiempo había querido comenzar este grupo de estudio y por la razón que no lo había facilitado antes- es porque estaba poniendo mi propio sueño a prueba (¡Uff!)...
Como sabes mi especialidad es el arte de la pregunta. Siempre quedo fascinada por los beneficios de la pregunta asertiva en una conversación como en una reflexión personal. Es liberadora. Cuando sabemos cuestionar la pregunta correcta ganamos poder, entendimiento, influencia, dirección y seguridad. Así que puse en acción mi arte en la pregunta y filtré mis sueños a través de la prueba de la pregunta asertiva, algo que fue más retante de lo esperado y aquí está el por qué:
1. La pregunta pone a prueba tu propósito cuando accionas. Lo que haces, para qué –o-
por qué lo haces cuenta. Cuestionar tu propio propósito te hace consciente a cada momento, te trae al presente, al ahora y como resultado el nivel de enfoque es mayor. Te has cuestionado, ¿cuál es el propósito de hacer lo que estás haciendo? Esta es una pregunta clave en mi vida. Si quieres hacer de tu tiempo útil (asegurarte de que lo que vas a hacer va a favor del éxito de tu día), pregúntate: ¿cuál es el propósito de hacer esto? Y te garantizo que hacer de ese momento consciente- corregirá tu curso de manera inmediata.
Cuando cuestionas y tu acción no va alineada con tu sueño significa que te has distraído o no tienes tu propósito claro. Y si tu propósito no es claro, tu sueño no está debidamente definido.
Preguntas: ¿cuál es el propósito de hacer esto? ¿Qué beneficio ganaré si hago esto? ¿Qué puede darme mayor recompensa?
2. La pregunta pone a prueba tu identidad. Es tan importante saber quiénes somos tanto como saber lo que queremos en ese mismo orden. Saber quién eres es una piedra angular para tu desarrollo personal, te da seguridad, facilita la auto-confianza porque tenemos una auto-imagen clara, específica y saludable de quienes somos. ¡Conócete! ¡cultiva tu carácter! ¡prepárate! Porque la vida se encarga de ponernos retos poniendo a prueba quien dices ser. Antes de que el reto suceda (porque vendrá inevitablemente), cuestiónate las preguntas difíciles para cuando la oportunidad de realizar tu sueño llegue, triunfes.
Preguntas: ¿Quién eres? ¿Qué necesitas ver en tu carácter para alcanzar tu sueño? ¿Qué necesitas aprender para ser mejor? ¿Qué necesitas dejar para ser mejor?
3. La pregunta pone a prueba tus valores. La realización de tu sueño va íntimamente ligado con tus valores porque tus valores determinan la calidad de tu éxito. Cuestionarte los valores por los cuales riges tus acciones añade cierto grado de reto en tus elecciones. Por eso es tan importante que construyas acuerdos personales, un sistema de honor personal que te guíe no importa la circunstancia. Así no tienes que decidir quién serás o qué hacer en cada situación. Sólo necesitas manejar la decisión que ya tomaste. ¡Esto simplifica todo! Aparte de que asegura que no atentes con tu integridad bajo ninguna situación.
Preguntas: ¿Qué valores rigen tu vida? ¿Qué valores son importante para ti? ¿Qué no es negociable para tu integridad? ¿Qué te trae paz cuando tomas acción?
Poniendo a prueba nuestro sueño pasándolo por el filtro de preguntas poderosas sobre nuestras acciones, nuestra identidad y valores; se re-enfoca inmediatamente nuestro esfuerzo consciente hacia nuestro favor. Comienza por integrar tus propias preguntas a las que ya te incluyo en este artículo, filtra tus sueños para asegurarte que estás en el camino correcto.
¡Otra cosa!
SIEMPRE recuerda que cuando hablamos de ver tu sueño en su forma más específica, siempre hablamos del QUE, nunca del cómo. Si te apresuras a colocar una estrategia a un sueño que no es específico, le quitas potencial al sueño y al soñador (tú). Podrías comenzar a construir algo sin terreno firme o peor aún, crear problemas innecesarios en el camino.
Comprométete a ser fiel a tu mayor sueño de vida arriesgándote a ponerlo a prueba. Al final, cuando conectas plenamente con tu sueño, ¡el éxito es inminente! ¡Voy a ti!